Las bulerías en el flamenco son una de las formas más flexibles de este arte al estar en constante cambio, espontáneo y humorístico. Sin embargo, el término bulería se registró ya a mediados del siglo XIX. Aunque no se usó para nombrar una canción o baile hasta el siglo XX, algunas teorías apoyan la idea de que la bulería existió décadas antes de que La Niña de los Peines hiciera su primer disco.
¿Qué son las bulerías en el flamenco?
Las bulerías en el flamenco son un palo que se encuentra entre la fiesta y la burla y se trata de un estilo alegre, bullicioso y fiestero. Sin embargo, Anselmo González Climent, un autor de conocidas obras de flamenco, calificó a las bulerías como «piedra de toque de los flamencos», llegando a decir de este estilo que «quizá sea el único cante que necesita para su entera comprensión un tránsito completo a lo largo del resto del repertorio flamenco». La opinión de los expertos es reconocer las grandes fortalezas y dificultades de este cante.
Los orígenes de las bulerías en el flamenco se atribuyen a Jerez de la Frontera a finales del siglo XIX, cuando el cantaor Loco Mateo terminaba sus soleás con un palo mucho más rápido. No obstante, también se cree que pudieron haber nacido en Cádiz, donde se bailaban alegrías y se finalizaba dicho baile con unos cantes conocidos como “chuflas” y que se pudieron desglosar como cantes independientes.
Las bulerías en el flamenco se caracterizan por tener un ritmo rápido y un redoblado compás, tienen el mismo ritmo que las alegrías y la soleás, pero son mucho más rápidas, en base a un compás de 6/8 o 3/4. Con frecuencia se emplea como remate o estribillo de otros estilos, generalmente la soleá.
Tipos de bulerías en el flamenco
Como casi todos los palos del flamenco, no existe un único tipo de bulerías, sino que podemos distinguir varios tipos diferentes de bulerías en el flamenco en función del compás, el tono, el compás e incluso el tema.
Bulerías por soleá
Las bulerías por soleá son uno de los tipos de bulerías en el flamenco y se denominan también como bulerías para cantar, bulerías para escuchar o al golpear. Este cante es un paso intermedio entre la soleá y las bulerías. Se compone del mismo compás de ambas y su velocidad también está a medio camino entre estos dos palos, siendo similar al que adoptan las cantiñas. Es un estilo se caracterizado por su lento ritmo, con compás de 3×4 en 12 tiempos y usa las letras propias de las bulerías, preferentemente la tercerilla octosilábica.
Bulerías festeras, uno de los tipos de bulerías en el flamenco que existen
Las bulerías festeras son las idóneas para bailar, caracterizado por hacer medios compases, con un gran predominio del ritmo y flexibilidad en el cante.
Las bulerías festeras se dividen en otros dos tipos dependiendo del lugar, principalmente dos importantes barrios dentro de Jerez: San Miguel, el cual se caracteriza por alargar y la repetición del en los primeros tercios, y el segundo barrio, Santiago, caracterizado por un tipo de bulerías denominadas bulerías cortas, en las que las letras se hacen del tirón.
Bulerías extremeñas
Este tipo de bulerías en el flamenco son difíciles de diferenciar. La guitarra suena diferente y la manera de tocar las palmas es distinta, dejando un espacio libre de sonido exactamente cada seis tiempos.
Jaleos, otro de los tipos de bulerías en el flamenco que existen
Los jaleos son difíciles de distinguirlos de las bulerías, pues se le asemejan bastante en cuanto a su compás y palmas. Sin embargo, las melodías y las tonalidades de los jaleos son muy características y por ello se les hace posible reconocer. Además, otro factor típico de los jaleos es el uso de las palmas cada seis tiempos.
El jaleo tuvo auge en el siglo XIX y se tocaba en todos los cafés restaurantes. A pesar de ello, comenzaron a perderse cuando la soleá y las bulerías en el flamenco comenzaron a evolucionar distintivamente. Como consecuencia, debemos su reaparición y conservación a los gitanos extremeños.
Tal y como hemos podido observar, hay diferentes tipos de bulerías en el flamenco. Algunas de ellas tienen un final feliz y festivo, mientras que otras son todo lo contrario. Hemos podido ver que puede haber similitudes, pero se bailan diferente, con ritmos y compases diferentes.
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