El Flamenco contra el coronavirus
El malagueño Juan Bocanegra, gran aficionado al flamenco, pone a la venta tres guitarras firmadas por cantaores, pintores, artistas y políticos para, con el dinero recaudado, contribuir a la lucha contra la pandemia.
Entre las tres guitarras hay atesoradas firmas y dedicatorias de grandes del flamenco como los cantaores José Menese, Rancapino, Fosforito o El Lebrijano; la bailaora Manuela Carrasco o los guitarristas Tomatito o Paco Cepero.
Pero por las cajas, costados y las partes posteriores de los instrumentos se suceden las firmas y dedicatorias de pintores como Eugenio Chicano, Evaristo Guerra o Antonio Montiel; una caricatura de Idígoras; las palabras de la baronesa Thyssen y del actor Antonio Banderas; el pianista de jazz Michel Camilo; el saxofonista Paquito D’Rivera; la banda irlandesa The Chieftains; el imaginero Ruiz Liébana; los periodistas Manuel Alcántara e Iñaki Gabilondo o expresidentes del Gobierno como José María Aznar y Rajoy.
Las guitarras más especiales
Es sólo un pequeño extracto del contenido de estas tres valiosas piezas, tres guitarras flamencas que como explica su propietario, el malagueño Juan Bocanegra, de 78 años, «iban a ser para mis tres hijas, pero con este problema de la pandemia he hablado con la familia y pensado que lo mejor es venderlas y que el dinero recaudado sirva para combatir el virus».
De las tres guitarras, que compró a partir de los años 80 de segunda mano, la más antigua es una malagueña del año 74, realizada por el artesano Ramón Marín en la Cruz Verde. «Cuando le llevé a Tomatito la guitarra para que me la firmara, después de actuar en el Cervantes, me dijo que la primera guitarra que tuvo fue una de esas», recuerda.
La gran afición que siente por el flamenco le viene de su padre, pero se acrecentó a raíz de una larga enfermedad cuando era un quinceañero y descubrió las bulerías de la plaza del Arenal de la Paquera de Jerez. Su afición, explica a La Opinión de Málaga, le empujó en los años 70 a organizar un festival flamenco en Alhaurín el Grande.
Como detalla, desde que compró la primera guitarra empezó a recoger las firmas de sus artistas más admirados. En ocasiones, desplazándose expresamente fuera de Málaga, como la dedicatoria de Paco Cepero, que consiguió en Jerez.
«Pero ese asunto lo olvidé, porque tenía un trabajo y no tenía la facilidad para ir de madrugada por carretera», cuenta Juan. Así que no fue hasta hace tres o cuatro años que retomó el coleccionar firmas y dedicatorias en una superficie tan original como unas guitarras flamencas.
A la vista de la pandemia, este generoso malagueño concluye que es algo «que ya no lo voy a vivir ni que vivirán muchos españoles. ¿Hago un disparate por vender las tres guitarras?», se pregunta. Y él mismo da la respuesta: «Si me meto en mi caparazón desde luego que sí».
El deseo de Juan es que el producto de la venta se destine a cualquier fin relacionado con la lucha contra el coronavirus, ya sea la adquisición de material sanitario, equipos médicos, ayuda social… está abierto a cualquier fórmula.