Palos del Flamenco (VII)
CARCELERA
Procedencia: Cádiz, Sevilla
Cante con copla de cuatro versos octosílabos entroncado en el grupo de las tonás Tiene un gran parecido con el martinete hasta tanto en que sólo se diferencia de éste por las letras, que en el caso de la carcelera siempre hacen alusión a las prisiones, los trabajos forzados, a los condenados.
CARTAGENERA
Procedencia: Almería
Cante de cuatro o cinco versos octosílabos que pertenece al grupo de los de Levante, y dentro de éste, a los de las minas Su origen podría estar en un antiguo fandango folklórico de Cartagena, aunque también hay dos teorías que difieren de esta última.
La primera de ellas es la que atribuye el cante a Concha la Peñaranda, también conocida como la Cartagenera Sin embargo, muchos expertos creen que el padre de este estilo es el Rojo el Alpargatero, por lo que en este caso el cante sería de procedencia almeriense Actualmente existen dos tipos de cartagenera: la clásica, que parte de tonos menores, y la de Chacón, de complejísima melodía.
COLOMBIANAS
Procedencia: Sevilla
Cante con giros procedentes del folclore hispanoamericano gestado por José Tejada Martín, Pepe Marchena, que además de su creador ha sido su principal intérprete Marchena inventó este cante junto a Hilario Montes tomando como base la rumba española y lo hizo por primera vez en público en compañía del cantaor madrileño Niño de la Flor.
La copla es de seis versos octosílabos, de los que el artista suele repetir los dos primeros a modo de estribillo En opinión de José Blas Vega al estudiar los estilos de ida y vuelta «hacia 1930 aparece también un nuevo estilo, la colombiana, motivada más por una canción que por el influjo folclórico que pueda venir de Colombia».
CORRIDO GITANO
Procedencia: Cádiz, Sevilla
Llamado también corrida Es un cante sin acompañamiento musical, como las tonás, procedentes de los romances populares andaluces, por lo que muchos estudiosos lo han catalogado como el más antiguo de los palos flamencos y padre de las citadas tonás.
En «La gitanilla» de Cervantes ya se hace mención a este estilo, por lo que según Blas Vega, «los romances permanecían ya en el alma popular a lo largo de todo el siglo XV».
Estos cantos seguidos y monorrimos no son aceptados por la clase alta, de manera que se desperdigan entre la gente del pueblo llano, surgiendo los romances plebeyos En este ambiente surgen el Romance de Gerineldos, el del Ciego la Peña y el de La Princesa Colinda, que podrían tener ascendencia morisca, pues según las explicaciones de Washington Irving, «son tonadas rudas sencillas de escasas inflexiones.
Las cantan en alta voz con largas y pronunciadas cadencias» Han pasado a la historia como cultivadores de este estilo El Planeta, Chiclanita, El Negro :Romance de la Monja-, El Chozas, Pepe de la Matrona y Agujetas el Viejo.
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